Toda mi vida pensé que las cosas que deben pasar las personas que están en una guerra no debería pasarle a nadie en toda su existencia y lo duro y complicado de sobrellevar una vida después y durante ese tipo de situaciones debe ser muchísimo más difícil de lo que cualquiera que no haya estado en ese lugar pueda imaginarse. Las estadísticas de suicidio de los soldados estadounidenses, las más altas en la historia, lo demuestran.
El año pasado se suicidaron 115 soldados. Lo que hizo el ejército de Estados Unidos para solucionar este gran problema es realizar programas de prevención de suicidios pero las estadísticas todavía están siendo reservadas, por lo que no podemos darnos cuenta si estos programas cumplen con su cometido o no.
El 12 de septiembre se realizó una marcha en Nueva York y esto fue lo que dijo Joseph Marshall, uno de los soldados que era compañero de uno de los fallecidos:
Él no quería estar más acá. No quería estar en la armada. No quería vivir. Sólo quería terminar con todo”.
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