John Lilly, CEO de Mozilla ha desatado una polémica con relación al Actualizador de Software (Software Update) de Windows por medio del cual se hacen, como dice su nombre, actualizaciones a programas como iTunes o Quicktime.
Recientemente a los usuarios de Windows les apareció Safari, aún cuando el navegador no estaba instalado, lo que es peor: está pre-marcado para ser instalado, una práctica poco ética que recuerda a los peores días de Microsoft y la preinstalación “por default” del Internet Explorer.
Estoy totalmente de acuerdo con Lilly, Apple está jugando con la relación hasta ahora saludable que ha tenido con sus clientes (y de forma muy peligrosa cabe recalcar). Esa confianza implícita de que los productos (software o hardware) de la marca son de buena calidad podría verse afectada por intentar hacer instalar un software completamente nuevo sin realmente entender qué es.
Es claro: la decisión es una forma bastante agresiva de obtener porcentaje de mercado de navegadores, que sí, afectaría al Internet Explorer, pero que es un daño potencialmente alto para Firefox.
En caso que Apple pretenda distribuir programas nuevos por medio del Actualizador de Software tendría que ponerle más atención a la semántica y cambiar el nombre a algo que describa de mejor manera lo que intentan hacer y de esa forma mantener en buenos términos la confianza del cliente.
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